'Sobre El Arte', Alberto Castro Couso 2002
En el arte, como en toda actividad humana hay pioneros, que buscan nuevos caminos, en esa búsqueda pueden equivocarse pero también pueden hallar el camino correcto. Por lo tanto no siempre lo nuevo, lo incomprensible debe ser siempre despreciado, sino todo lo contrario debe ser alentado en busca de la nueva verdad ya que la verdad anterior debe adaptarse a los nuevos tiempos.
Algunos pregonan en arte la verdad. Pero... ¿Qué es la verdad? Lo que es para unos la verdad, para otros no lo es. Esto nos confirma que la supuesta verdad es otra cosa que en la pintura está más allá de las apariencias.
Hubo tiempos en que la pintura sobretodo tuvo una utilidad práctica, era un modo de narrar, de expresar circunstancias, hechos y retratos de una forma que no se podía hacer de otro modo.
Hoy todo eso se hace también, pero de un modo, hasta más perfecto si se quiere, que es la fotografía y el cine, y aún todas las posibilidades que ha dado la técnica posteriormente, como es el ordenador.
Una vez que la descripción de hechos y cosas se hace de modo muy superior, ¿Para qué es la pintura? Ahí nos hallamos entonces en la clave de todo el problema: se sigue pintando, sigue habiendo un público para la pintura, aún sabiendo que la fotografía se inició a mediados del siglo XIX. Entonces si después de ese siglo y medio hay pintores, hay contempladores y coleccionistas por algo debe ser.
Es que la pintura ha servido para expresar cosas que de otro modo no se podían expresar, significa que la pintura es algo mas que representación, ese algo más es lo que realmente debemos averiguar Qué Es.
Si la representación de algo fuera lo importante de la pintura, todos los artistas lo harían igual. Sin embargo todos fueron distintos, eso significa que en las obras hay algo más que lo representado. Hay precisamente la personalidad del artista, y todo lo que ello involucra. En la obra está el artista de algún modo representado. Allí están sus vivencias, sus creencias, su sensibilidad sus gustos etc.
Por supuesto que no le pedimos al espectador que vaya a buscar esas motivaciones en la obra.
Allí está todo el artista, en lo bueno y en lo malo, ¿Qué tenemos que ir a buscar allí? No nos interesa si fue un asesino, (que los hubo y muy importantes), si fue un benefactor de la humanidad, nada de eso nos interesa, lo válido es precisamente lo que la obra contiene, lo que la personalidad del artista ha dejado en ella, voluntaria o involuntariamente. La obra es su sello. La obra es él. Pero la obra es la parte más sublime del pintor. La obra es más importante que el pintor mismo. Por ello debemos contemplarla siempre con respeto.
Entonces es cuando debemos tener en cuenta que para que el espectador observe con respeto una obra, tenemos que pedirle al artista que también sea respetuoso con el público, ya que en estos tiempos tan confusos no podemos decir de todos los supuestos pintores que sean respetuosos. El momento es difícil. Una gran parte del público confiesa que no sabe nada, entonces hay gente que se hace pasar por artista arrojando en la tela, el cartón, el papel, la tabla, montones de pintura o cualquier otra cosa, total : "el público no sabe nada".
Y es verdad, pocos saben ver un cuadro, pocos son los que no se dejan engañar. Pero ¿qué se puede hacer? Antes era muy fácil. Si se parecía a algo, era una buena pintura. Sin embargo observando la historia del arte nos damos cuenta que no siempre fue tan fácil desde el punto de vista que algunas obras aportaban algo más que lo representado. Ese algo más es lo que hoy debemos buscar en la obra, eliminado ya el valor del tema en la obra. Ese algo más en la obra, eso es lo que debe hacernos sentir y para ello hay que "aprender a ver".
Veamos:
Antes veían pintura algunos privilegiados: la gente rica que encargaba obras a los artistas y los amigos de los pintores que visitaban los talleres, pero la gran oportunidad de ver pinturas fue la iglesia que como medio de instruir a la feligresía siempre encargaba obras de temas religiosos.
Hoy existen los Museos en donde se pueden ver obras de todos los tiempos, pero la gran oportunidad de ver pintura son las galerías de arte que son simples comercios donde se puede entrar a ver pintura sin ningún compromiso, pero cuyo fin último (o primero) es la venta, y por lo tanto disponen las obras colgadas para verlas del mejor modo posible.
El público ve las obras sin necesidad de hacer consulta alguna, pues si decide comentar algo sobre las obras expuestas recibirá siempre respuestas confirmatorias acerca de la gran calidad de la obra expuesta, es decir: no podemos recibir ayuda alguna para nuestra contemplación. Si la exposición no espera fines económicos no por ello será de ayuda puesto que los organizadores de la muestra deben mostrar su conocimiento, por lo tanto, no nos pueden decir nada para nuestra libre contemplación de la obra.
Esa "libre contemplación" es lo más importante.
Ello significa que todo lo que se pueda decir acerca de la pintura puede ser negativo, pues la obra debe ser contemplada con total libertad. El simple hecho de haber leído biografías del autor de las obras ya está influyendo en su apreciación. El catálogo, siempre elogioso, que está a nuestro alcance, a veces con verdaderos poemas de elogio, ya pesa terriblemente sobre nuestra visión.
Por ello debemos acudir totalmente limpios de toda influencia.
Estar frente a la obra y esperar. Eso es todo.
1º - Cuidado con nuestra imaginación, lo que debemos ver es lo que está allí, no lo que nuestra imaginación quiere ver.
2º - No esperemos un mensaje. No tratemos de desentrañar un posible significado.
3º - Sobretodo no nos dejemos engañar por lo representado, que al fin y al cabo no es más que el punto de partida para la realización de la obra.
4º - No es necesario decir que no debemos asistir a la galería en función de críticos ni de profesores para ver si han pintado bien la obra. Error muy común que sólo sirve para no recibir los verdaderos valores de la pintura.
Pero entonces ¿qué debemos ver?
-Lo que el cuadro quiera decirnos.
Él manda y nosotros debemos obedecer
Castro Couso 2002
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